Cala Morell |
Sin mucha dificultad nos plantamos en Cala Morell, encerrada entre formaciones rocosas y con una pequeña zona de arena en la que hemos dejado los kayaks acinados entre bañistas, que nos lanzaban miradas pérfidas, malévolas, procaces y conspicuas. Después de endilgar la vigilancia de nuestras embarcaciones a unos bañistas mercenarios con quienes nos hemos compinchado a cambio de unos erizos de mar de la pesca furtiva, hemos decidido salidr los cuatro a arrasar con la fauna marina. El objetivo era exterminar a una pareja de cada especie. MArc ha salido a darse un baño para quitarse las pestes que hacen del kayakismo un deporte glamuroso y su vista de "lince cruzado en actividad incestuosa con quebrantahuesos pirenaico" ha divisado un pulpo nómada que merodeaba a escasos centímetros de sus pies. Todo esto a dos metros de la arena. Como buen marinero que es ha llamado a su capitán, que de entre su colección de cuchillos ha seleccionado el idóneo para dar muerte a la vil y sabrosa criatura. Un machetazo en la cabeza ha sacado parte de su desarrollado cerebro (celebro si lo preferís) y al final ha acabado el pulpo agonizante a 5 metros bajo el agua en una bolsa de basura, esperando a la hora de cenar.
Más tarde hemos salido a pescar los cuatro. Marcos se ha estrenado como pasador de arpones dendo muerte a un pez multicolor de unos 12-15cm y ha cogido el pago en erizos ilegales para los mercenarios bañistas. Marc y Marcos han regresado muertos de frío a os kayaks y se han muerto de calor mientras preparaban la comida a base de chorizo "extra" asqueroso de hacendado. No lo compréis. Sólo hace que sudar y sabe a cartón.
Los buzos amateur han vuelto con dos peces voladores, enormes, de más de 30cm cada uno, que se ve que no han opuesto resistencia a ser pescados. Según han contado a vuestro narrador, el segundo ha seguido al primero, ya ensartado, a la superficie, en la que se ha encontrado con su amargo destino. Hemos celebrado las capturas con unas cervezuelas y ginet en el bar y por la tarde Marc, Joan y Xavi han salido de nuevo a pescar.
Marc se ha estrenado en su oficio de pasador de arpones acometiendo su pase de arpón a un pez de unos 10-12cm y abriéndole un buen orificio. En total la salida ha resultado en otros 6 peces.
Los pequeñuelos |
Mientras acontecía la matanza de la tarde Marcos ha estado preparando la cena, destripando, quitando la piel y preparando los filetes del pescado que se iva a convertir en el tan ansiado "arròs de peix". Han salido cuatro filetancámenes (a.k.a. fileténcanos, feletérrimos, filetes) de los dos voladores, y las cabeza y espinas, juntamente con las del pecezuelo de marcos, se han ido al caldo de pescado. El caldo se ha puesto a hacer chup chup y los bañistas alucinaban tanto de la maestría culinaria del apañado chef como de los olores que daban a entender una suculenta cena.
A la llegada de la tripulación hemos puesto todos nuestro granito de arena para la cena. Sobretodo Joan, que ha tirado accidentalmente los peces pequeños ya destripados y los ha dejado bien rebozados. La cena ha sido gloriosa. En cantidades industriales y digna de ser recordada por mucho tiempo.
La noche la ha cerrado la aparición de un erizo terrestre en la playa, que Marcos ha encontrado y al llevarlo al campamento ha causado sensación. Podríais ver las 400 fotos que hicimos, pero os dejaré una. Todavía esperamos que la familia de los niños a quien Joan ha entretenido con todos nuestros intrumentos musicales nos baje los ginets que nos han dicho. !!
LOL cutest thing ever xD amb l'eriçó de terra fijo que vau lligar a saco
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